¡Nuestros alumnos te cuentan su experiencia! Yani
Por Yanina Calefato
Dicen que las mejores cosas suceden sin que las pensemos…y mi entrada a Pánico fue así, pura casualidad o destino… ¿cómo saberlo ?
Conocí la escuela acompañando a mi amiga Sol que no se animaba a ir sola, y como sabía que a mi me gustaba el teatro, me pidió que fuera con ella.
Sol solo asistió a la primer clase del Seminario, yo lo seguí hasta terminarlo, después llegó el segundo, el tercero y perdí la cuenta hasta llegar a la Compañía de Teatro Pánico Escénico, donde pude participar por primera vez de una obra de teatro, algo que tenía pendiente hasta ese momento.
Con el correr de las clases y los seminarios fui logrando perder muchos miedos, vergüenzas, inseguridades y hacer cosas que si me las pedían un par de años atrás les hubiese dicho “ni loca me animo”; como cantar, bailar y hacer el ridículo al máximo en escena frente a muchísimas personas , pero poco a poco uno va superándose cada vez más.
Pero los crecimientos no se dan solo a nivel actoral, sino en el terreno personal y profesional. Soy docente de Nivel Inicial y siempre me costó horrores llevar adelante Reuniones de Padres, Talleres, Actos y todas las actividades que lograran exponerme frente a mucha gente; cuando tenía que atravesar una situación del estilo me ponía muy nerviosa, sentía mi cara hervir como un tomate, me trababa al hablar y lo único que quería hacer era salir corriendo.
Si bien uno siempre sigue creciendo y con cuestiones que mejorar, puedo decir orgullosamente que ahora logro disfrutar y hasta reirme cuando me toca exponerme a la vista de los demás, hacer algún chiste o equivocarme y no querer meterme adentro de un pozo.
Si bien seguir asistiendo a clase entre semana, ya estando por segundo año en la Compañía, y viajando hasta Palermo, llegando tarde a casa y madrugando al día siguiente me genera un sacrificio; el disfrute, el crecimiento, la buena onda que se genera y la calidad de las personas que forman parte de Pánico hace que todo valga totalmente la pena y la risa.
¡Gracias, Yani!